La labor del juez albiceleste fue más que discreta y entre una de las tantas faltas que no cobró para Perú, fue una clara agresión en contra del popular ‘Depredador’.

A los 22 minutos, el uruguayo Walter Gargano le propinó un terrible codazo a Paolo Guerrero que le terminó por abrirle la cabeza y dejarlo ensangrentado.

El árbitro Patricio Loustau dejó dejó seguir la jugada y pese a ver a nuestro compatriota con la cabeza ensangrentada no sancionó al jugador charrúa y prosiguió con las acciones como si nada hubiese pasado.