El pasado 29 de julio, a solo días del inicio de la temporada 2017-2018, sorprendía a más de uno al firmar, con 39 años, su último contrato como futbolista profesional. , el club que lo recibió en Europa en 1999, volvió a solicitar sus servicios.

Este miércoles el peruano cumple 40 años y en unos días seguirá rompiendo récords cuando pise algún campo de juego de la Bundesliga.

A propósito del onomástico de Claudio Pizarro, aquí te contamos detalles poco conocidos – y curiosos – sobre su arribo a Bremen, revelados por Jürgen L. Born, expresidente del cuadro verde.

Born asumió la presidencia del club casi al mismo tiempo de haber aceptado un último contrato como banquero. Para esto último debía trasladarse a Lima por un corto tiempo.

El exdirigente ya había visto jugar a Pizarro en la Copa América, en un partido de la selección peruana ante Japón, y pese a que no anotó, “fue sobresaliente”, según cuenta el ahora hombre de 79 años en una larga .

Y en medio de sus diligencias, Born se dio el tiempo para ir hasta Matute y espiar al entonces espigado y veinteañero atacante.

Ya en las afueras del estadio, encontró un hoyo por donde podía entrar (Alianza Lima entrenaba a puertas cerradas) y sí lo pensó dos veces, pues no quería estropear su traje.

“Es por eso que amplié un poco el agujero en la cerca”, rememora Born para revelar después que llegó hasta las gradas, donde buscó un escondite para presenciar un partido práctica. “Claudio anotó el 60 por ciento de los goles en el entrenamiento”, recuerda.

Poco después regresó a Alemania con la misión de fichar a Pizarro. Habló con el gerente Klaus Allofs y en breve ya estaban a Lima.

Los contactos no demoraron con el representante y padre del jugador. Claudio Pizarro Dávila fue fundamental para que semanas posteriores se firme el acuerdo. “Como exoficial militar, debió ser importante que su hijo se mude a un país donde hay un orden”, relata Jürgen Born mientras añora las copas de pisco que tomó en la primera reunión: “Toneladas de pisco sour fluyeron […] teníamos una alianza húmeda”.

Todo estaba listo. Solo faltaba llegar a buen puerto con Alianza Lima, que tras una bohemia charla aceptó el traspaso a cambio de “1,6 millones”.

“El presidente de Alianza era realmente un chico aventurero. En las conversaciones estuvimos con audaces sujetos, con imponentes barbas e impresionantes huecos dentales. Uno tenía una pistola en la funda. De vez en cuando se quitó la chaqueta para que todos pudieran verla […] Tuvimos paz y no nos dejamos intimidar”.

Ya en Bremen, había un último escollo por superar: el Real Betis, que ya había contactado con Claudio Pizarro. Existía, incluso, un precontrato.

Born detalla que directivos del club español llamaron a su teléfono para pedirle explicaciones y exigirle que les diga cuál era el paradero del peruano.

El dirigente dijo que Claudio Pizarro se encontraba en el Hotel Vier Jahreszeiten, en Hamburgo, cuando en realidad estaba en el Hotel Maritim, en Bremen. Unas horas después, el vínculo entre el muchacho y el equipo teutón ya estaba puesto en marcha.

Al día siguiente volvió a sonar el teléfono: “Me ha insultado terriblemente”, le dijeron a Born. No oyó más de ellos.

Claudio Pizarro debutó en cuestión de semanas y el resto es historia conocida.