Los hinchas del Alfonso Ugarte no supieron aceptar la derrota de su equipo en la ‘finalísima’ y no encontraron otra forma de expresar su enojo que destruyendo parte de las graderías del estadio Enrique Torres Belón y lanzar botellas y otros objetos al campo de juego.

La policía local tuvo que intervenir para que la situación no pase a mayores y para que esta final de la Copa Perú no se vea empañada por la innecesaria violencia.