El combinado bicolor arribaba al estadio Malvinas Argentinas al promediar las 15:30 horas peruanas y los aficionados mapochos no perdieron el tiempo para hacer sentir su ‘condición de local’.

Juan Vargas bajó del bus y al escuchar los cánticos de los rivales no tuvo otra idea que tocarse los genitales, en clara respuesta a los insultos que venía recibiendo.

El resto de jugadores peruanos optó por entrar de frente al estadio, haciendo caso omiso a las rechiflas y gritos chilenos.