Cuando Ronaldinho Gaucho sonríe en un campo de juego, es cuando podemos ver lo mejor de él.

La alegría que ha emitido el brasileño a lo largo de su carrera nos ha permitido ser testigos de grandes jugadas y de goles extraordinarios.

Su comienzo en el Gremio de Porto Alegre a los 17 años y luego su debut en la selección de su país con un golazo a Venezuela en la Copa América de Paraguay en 1999 fueron indicios de lo que sería más adelante.

En el 2001 llegó al París Saint Germain que sería su primer club europeo y mostraría durante dos temporadas lo mejor de su fútbol.

Un año después conseguiría la gloria con Brasil al levantar el trofeo en el mundial de Corea-Japón.

En el 2003 comenzaría lo mejor de su carrera en Europa. El Barcelona lo fichó y fue estrella del club catalán por cinco años, donde ganó todo: Champions League, Mundial de Clubes, Copa del Rey y la Liga Española.

Después de su paso por el club español empezaría su declive, aunque su rendimiento todavía le daría para jugar en el Milán donde mostraría destellos pero no todo lo mejor de sí.

Finalmente, regresaría a Brasil en el 2011, donde recalaría en el Flamengo durante dos temporadas para luego pasar a su club actual, el Atlético Mineiro, donde aún da pequeñas muestras de su enorme calidad.