Era el año 1993 y el arquero uruguayo defendía los colores del Sipesa de Chimbote, que para aquella temporada debía disputar la Copa Conmebol ante Emelec.

Los chimbotanos se impusieron en Chimbote, pero dado el resultado global debían definir la clasificación a segunda ronda ante los ecuatorianos por la vía de penales.

Julio César Balerio ya había contenido un disparo y había puesto a Sipesa a un gol de la clasificación. Pero fue él quien decidió disparar el penal decisivo y darle así a los porteños la clasificación.