Thibaut Courtois, portero belga del Atlético de Madrid, se ha convertido en una de las figuras del club colchonero que cumple una de sus mejores temporadas, tanto en la liga española como en la Champions League, donde se enfrentará en la final a su clásico rival de la ciudad, el Real Madrid.

Aunque muy pocos conocen que las cualidades, que parecen innatas en el joven arquero de 21 años, se pulieron en otro deporte: el voleibol, deporte que toda su familia practica, y en donde alguna vez destacó cuando era pequeño.

Sus padres, Thierry y Gitte, lo practicaron de forma profesional en los 90. Su hermana, Valerie, es líbero y ha jugado en la selección belga en varias oportunidades y su otro hermano, Gaetan, también es internacional con su país.

“Él viene de una familia de deportistas. Su madre y yo jugamos voleibol y su hermana mayor. Sin embargo, Thibaut probó voleibol, tenis, baloncesto, ciclismo, tenis de mesa… Pero antes de todo eso, era el fútbol”, comenta su padre, que, a su vez, destaca la ventaja de haber practicado el deporte de la net alta para su posición en el arco: “En términos de movimientos, el voleibol es un gran deporte, necesitas saber elegir el momento adecuado para golpear la bola al igual que a él le sucede para salir. La elevación, los balones aéreos, ahí es donde el voleibol le ha ayudado mucho”, declaró el patriarca Courtois al diario belga DG, hace unos años.