El seleccionador brasileño, Mano Menezes, partió de Río de Janeiro con veinte jugadores, todos los convocados menos el trío del Santos, formado por Neymar, Ganso y Elano, que viajará el jueves después de jugar la final de la Copa Libertadores contra el Peñarol uruguayo.

El grupo embarcó en medio de un cordón de seguridad ostensible y prácticamente sin la presencia de aficionados, que prefirieron arropar a la selección en el hotel donde comenzó la concentración, según registraron medios locales.

Al salir del hotel, el guardameta Julio César resumió las pretensiones de Brasil en la Copa América en una frase escueta: “Tenemos que ganar”.

El médico de la selección brasileña, José Luiz Runco, dijo hoy en una rueda de prensa que los jugadores se encuentran en “perfectas” condiciones de salud.

Runco garantizó que tanto el delantero Alexandre Pato como el centrocampista Paulo Henrique Ganso están recuperados de sus respectivas lesiones y “aptos para jugar”.

Brasil comenzará sus entrenamientos este miercoles, en los campos de un lujoso hotel localizado en el municipio de Campana, a 60 kilómetros de Buenos Aires, de cara a su debut ante Venezuela, que tendrá lugar el 3 de julio, en La Plata.

EFE