El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, señaló que las Copas del Mundo de 2018 y 2022, que organizarán Rusia y Qatar, respectivamente, “no están manchadas” y pidió “unidad” y “solidaridad” en el Congreso que se celebrará este martes y el miércoles.

Blatter salió, de esta forma al paso, de las acusaciones de corrupción que han salpicado a la elección de las sedes del Mundial, especialmente la de Catar.

El dirigente suizo informó también de que el Comité de Ética ha confirmado que “no existen elementos para abrir un procedimiento” a cuatro dirigentes (el paraguayo Nicolás Leoz, el brasileño Ricardo Teixeira, el trinitense Jack Warner, y el tailandés Worawi Makud) acusados de corrupción.

Warner, no obstante, sí ha sido inhabilitado para toda actividad relacionada con el fútbol de ámbito mundial, en otro expediente abierto por el Comité de Ética.

“En el Congreso, tenemos que tener unidad y solidaridad y mirar a los cuatro años que tenemos por delante. No será una tarea fácil, pero tenemos que hacerlo”, dijo Blatter en una conferencia de prensa, al término de una reunión del Comité Ejecutivo de la FIFA.

El dirigente suizo sostuvo que esa muestra de cohesión institucional será en favor de los seguidores del fútbol y de la percepción de este deporte en el conjunto de la sociedad.

Blatter acudirá este miércoles al 61 Congreso de la FIFA como candidato único para un cuarto mandato, el corolario de un proceso electoral que ha estado salpicado de escándalos provocados por denuncias cruzadas entre los representantes de las instancias directivas de la entidad.

Su único rival, el qatarí Mohamed Bin Hammam, retiró ayer su candidatura, luego de que el Comité de Ética le abriese un procedimiento tras recibir una denuncia del secretario general de la CONCACAF, Chuck Blazer, que le acusaba de supuestos sobornos para comprar votos en el Congreso del miércoles.