Hoy con 45 años de edad, el exjugador se encuentra internado en una hacienda terapéutica en Santa Maria en Rio Grande do Sul.

“He llegado a pasar cuatro días y noches sin dormir, sólo fumando crack y bebiendo agua. Llegué al fondo del pozo, desesperado, angustiado, no veía manera de salir. Entonces rogué: Mamá, ayúdame, dentro de mí, me voy a morir”, narró Alex Rossi.

La adicción del brasileño, quien militó en Universitario de Deportes entre 1995 y 1996 dejando un buen recuerdo, se produjo a raíz del fallecimiento de su padre y posterior a su retiro de las canchas de fútbol en el 2003.