Tres goles de , el último de falta directa a tres minutos del final, frustraron el ejercicio de carácter, determinación y remontada de , que resurgió hasta dos veces contra y contra sí misma, pero que recibió el 3-3 cuando ya sentía suyo el triunfo.

Por eso, el empate le supo a derrota, porque desde su fútbol y desde una versión convincente había sido capaz de levantar un partido que perdía en dos ocasiones, primero por 1-0 en el minuto 2 y después por 2-1 al borde del descanso en un fallo inconcebible de de Gea, pero sobre todo porque quizá mereció más que un solo punto.

Todo eso, además, después de tres días de tanta agitación, del inesperado cambio de seleccionador, de una crisis y una vorágine de 20 horas entre el martes y el miércoles que desenfocó el partido e incluso, ya este viernes, con un penalti en contra de inmediato, con el veloz 1-0 en el minuto 2, con el del 2-1 al borde del descanso.

Una serie de golpes inasumibles para muchos, más aún dentro de todas esas circunstancias, pero no para el grupo del debutante Fernando Hierro, que se repuso al 1-0 y al 2-1 con la decisión de una selección que se siente capaz de lo máximo, que sorteó cada inconveniente que se encontró este viernes menos el último: el 3-3.

No le asustó de principio el 1-0 en contra, en un penalti de Nacho sobre Cristiano, que él mismo transformó, ni tampoco la puesta en escena trepidante de Portugal, lanzada al contragolpe, del que no sacó provecho Gonçalo Guedes, primero porque le faltó valentía para medir a Serio Ramos y después porque no tuvo nada de precisión.

Del mal rato surgió la selección española contestataria desde la pelota, desde el movimiento paciente de su mejor virtud, mejorable quizá en la profundidad por momentos, pero la cualidad que le ha dirigido a tantos y tantos éxitos en tiempos no tan pasados, con la que le señaló a Portugal que había mucho partido con 1-0. Muchísimo.

Lo marcaba el cronómetro en el imponente estadio Fisht de Sochi, pero, sobre todo, el compás al que se movía ya España, inconformista y ambiciosa ante tal panorama, rebelada contra la adversidad y contra la presión de su contrincante y rearmada con el 1-1 de Diego Costa, una jugada que representa milímetro a milímetro al atacante.

No había entrado mucho en juego desde entonces. Un lío con la pelota al principio, alguna apertura a la banda, un remate alto. Hasta que un balón largo, de esos que tanto le gustan, al choque con Pepe, le dio la posesión. Se revolvió ante un par de defensas, para un lado, para el otro, encontró el hueco, disparó y empató (1-1).

Era el minuto 24 dentro de un partido que ya sí era de España, por ritmo, por juego, por ocasiones. Apagado entonces Cristiano y, por extensión, el ataque de Portugal, la selección española disfrutó con una versión muy reconocible, con un trallazo de Isco al larguero, con remates de Jordi Alba e Iniesta.

Todo apuntaba al 1-2 para España al borde del descanso. Y fue todo lo contrario, indiscutiblemente más por demérito de De Gea, incapaz de agarrar un balón fácil, raso, a sus manos, mal puestas y directas a su propia portería, que por mérito de Cristiano, que encontró un gol en un tiro del que nunca intuyó tal recompensa.

Otro palo para España, camino del vestuario de nuevo incrédulo ante un gol inimaginable en un guardameta de tal nivel, de nuevo ante otra competición contra sí mismo, consciente de que el marcador era adverso por dos situaciones más que evitables, por sus errores, por dos regalos, no por los aciertos rivales ni de Cristiano, por otra parte un líder evidente que necesita Portugal en cada segundo.

También era otra prueba de fortaleza mental para España, de la que resurgió de nuevo, primero con el 2-2, otra vez de Diego Costa, atento para remachar a la red un toque de cabeza de Sergio Busquets en una acción a balón parado botada por David Silva, y después, sin apenas pausa, con el 2-3, un golazo imparable de volea de Nacho.

Tan imparable como lo fue la reacción del equipo, que puso bajo su control el partido un rato, con la certeza que le aportó y le aporta siempre la posesión de la pelota, pero con el riesgo de una falta al borde del área a tres minutos del final. Ahí tomó carrera Cristiano para el empate, un derechazo directo a la cara de España.

Fuente: EFE.

España vs Portugal – Alineaciones

España: David de Gea, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba, Nacho, Iniesta, David Silva, Sergio Busquets, Isco, Koke, Diego Costa.

Portugal: Rui Patrício, Pepe, José Fonte, Cédric Soares, Raphaël Guerreiro, João Moutinho, William Carvalho, Gonçalo Guedes, Bruno Fernandes, Bernardo Silva, Cristiano Ronaldo.

Estadio: Olímpico de Sochi.

Hora: 1 pm (hora peruana)

Canal de transmisión: Latina (Perú), DirecTV Sports (Latinoamérica) y TeleCinco (España).

España vs Portugal – Previa

Para España no es el mejor momento para encarar un duelo de tan alto nivel, además el primero en una cita en la que la ambición de la ‘Roja’ sólo le permite aspirar a lo máximo en Rusia 2018; un partido clave en cada gran competición que admite margen de error, sí, pero que también condiciona y presiona para los otros dos restantes choques.

Todo dentro de una perspectiva desenfocada desde el martes, cuando el anuncio del fichaje de Lopetegui por el Real Madrid tras el Mundial 2018 provocó un ciclón de decisiones que comenzó con la vuelta de Luis Rubiales, el presidente de la Federación, de urgencia a Krasnodar y continuó el miércoles con el despido del seleccionador y la elección de Fernando Hierro para dirigir al grupo en Rusia.

Entre todas esas circunstancias, después de dos días en los que se hablado poco o nada del partido de Portugal, de apenas dos sesiones al frente del equipo, con miembros del nuevo cuerpo técnico llegados a última hora y con la convulsión de todo lo sucedido, aparece el estreno mundialista en el estadio Fisht de Sochi.

Un choque contra el actual campeón de Europa, que conquistó el torneo continental contra pronóstico en Francia 2016; contra un buen grupo de jugadores y, sobre todo, contra Cristiano Ronaldo, un goleador enorme, voraz, que lidera sin ninguna discusión al conjunto luso y que reta a España en un pulso previsible por el liderato.

A su lado con futbolistas de indudable potencial como Bernardo Silva, André Silva o Gonçalo Guedes, resguardado por detrás además por la experiencia de Pepe y por la fiabilidad bajo palos de Rui Patricio, el astro del Real Madrid es la referencia indudable del combinado luso. También es la amenaza más peligrosa para España.

En tanto, el objetivo de España apunta a lo más alto. Ni siquiera la destitución de Lopetegui rebaja las pretensiones de la ‘Roja’ en Rusia 2018. “Si no estuviese convencido de que podemos hacer un gran Mundial no estaría aquí”, anunció Hierro durante su presentación, en una contrarreloj para la preparación del partido frente a Portugal.