La humillante derrota del pentacampéon del mundo, Brasil, frente a Alemania por 7-1, es una nueva tragedia nacional en “el país del futbol”, donde el deporte rey es componente fundamental de la identidad nacional.

Lágrimas por doquier, rostros abatidos e incrédulos de jugadores e hinchas. Como en 1950, una nube negra cubrió el cielo del estadio Mineirao y se extendió sobre todo el país de 200 millones de hinchas desde antes del primer tiempo del partido, cuando Alemania vencía ya por 5-0.

Tras el descanso, hubo aún tiempo para otros dos goles que los alemanes festejaban tímidamente, como si tuviesen vergüenza ajena.

La peor derrota en la historia de Brasil en Copas del Mundo recuerda forzosamente al ‘Maracanazo’ del Mundial de 1950, cuando Brasil perdió contra todo pronóstico en la final contra el pequeño Uruguay por 2-1.

Ese 16 de julio de hace 64 años, los 200.000 hinchas del mítico estadio quedaron en silencio, el rostro bañado en lágrimas, un recuerdo que atormenta aún a los brasileños y que ahora, en el 2014, se revive con el mítico y doloroso ‘Mineirazo’.

AFP

La Seleçao no consiguió exorcizar ese demonio de 1950 en el Mundial-2014, y acumula una nueva tragedia, no solo deportiva, en su segunda Copa celebrada en casa, donde el fútbol es religión.