Los coreanoso trataron de dominar el balón, pero se encontraron una y otra vez asediados por los contraataques de los ‘Diablos Rojos’. Sólo un gran disparo lejano de Ki Sung-yueng puso en verdaderos aprietos a Thibaut Courtois, que sacó una mano providencial para despejar el balón a córner (29).

En ese mismo saque de esquina, Steven Defour evitó el tanto sobre la línea tras un gran testarazo de un zaguero coreano.

Mertens había tenido poco antes la mejor ocasión del partido, con un remate a bocajarro que se marchó por encima del larguero cuando el mundo entero ya vislumbraba el gol (24).

El del Nápoli, antes del descanso, voleó a la manos de Kim Seung-gyu e, inmediatamente después, Bélgica se quedó con un futbolista menos al ver Defour una tarjeta roja directa por una entrada desmedida (42).

La segunda mitad arrancó con mucha intensidad, un ritmo elevado y ocasiones para ambas escuadras.

Mertens de nuevo lo probó desde lejos y obligó a Kim Seung-gyu a dar lo mejor de sí (58) y, en el contragolpe posterior, Corea del Sur estrelló un centro lateral en el larguero de Courtois (59).

Wilmots retiró a Mertens por el héroe ante Rusia, Divock Origi, y el plan continuó igual. Con 10 hombres, los ‘Diablos Rojos’ esperaron rezagados a que llegara su momento en el choque, sin prisas, ya que un empate era suficiente para confirmar su primer puesto.

El ‘quiero y no puedo’ coreano se estrellaba constantemente ante el muro belga, que impuso su mayor calidad en su enésimo contraataque: Origi lo intentó desde lejos, el despeje del portero asiático quedó muerto dentro del área y, sin oposición, Vertonghen adelantó a los suyos.

Bélgica se está acostumbrando a marcar en las rectas finales de los encuentros, ya que todos sus tantos en la competición llegaron en los últimos 20 minutos.

AFP