En Curitiba, por el Mundial Brasil 2014, Rusia estaba obligada a ganar y, por primera vez en el torneo, salió dispuesta a ello desde el principio. Capello no cedió ante la petición mayoritaria de alinear a Alan Dzaoev, pero sí que juntó en el ataque a Kerzhakov y Kokorin y éste, por fin, dio muestras del delantero letal que se le supone.

Marcó Kokorin un gran gol de cabeza, en el minuto 6 y la selección rusa comenzó a crear ocasiones para sentenciar el partido y su clasificación, frente a una selección argelina que se diluía, presa de los nervios.

Pero Slimani, el héroe en la victoria contra Corea (4-2) rescató a su equipo, ayudado una vez más por Igor Akinfeev, que falló en un balón aéreo y ofreció a la estrella argelina la posibilidad de rematar a gol de cabeza.

Para Argelia, la clasificación es un triunfo mayúsculo, porque lo ha hecho confiando en el esquema ofensivo impuesto por su técnico, el bosnio Vahid Halihodzic, lo que le ha permitido marcar en todos los partidos.