El convencimiento de que la energía, el empuje, la historia y la condición de local bastaban para lograr el éxito Mundial que se resiste desde el de Corea/Japón 2002 fue un error del que no quiso ser consciente Luiz Felipe Scolari. En cuanto encaró a un adversario con pedigrí se derrumbó.

Alemania, que disputará una final de un Mundial desde aquella de Asia en el 2002, endosó cinco goles en media hora. Cuatro en siete minutos. En una primera parte plagada de eficacia. El fruto de un equipo trabajado desde el 2008 que minimizó a un puñado de individualidades sin armazón.

Ficha técnica:

1 – Brasil: Julio César; Maicon, Dante, David Luiz, Marcelo; Fernandinho (Paulinho, m.46), Luiz Gustavo, Hulk (Ramires, m.46), Oscar, Bernard y Fred (William, m.71).

7 – Alemania: Neuer; Lahm, Hummels (Metersacker, m.46), Boateng, Höwedes; Schweinsteiger, Khedira (Draxler, m.75); Müller, Kroos, Özil y Klose (Schuerrle, m.59).

Goles: 0-1, m.11: Thomas Muller; 0-2, m.23: Klose; 0-3, m.24: Kroos; 0-4, m.26: Kroos; 0-5, m.29: Khedira; 0-6, m.70: Schurrle; 0-7, m.77: Schurrle. 1-7, m.90: Oscar.

Árbitro: Marco Rodríguez.

Estadio: Mineirao, Belo Horizonte.