Será el séptimo encuentro que acoja la tercera ciudad más importante de Brasil después del Colombia-Grecia, Bélgica-Argelia, Argentina-Irán y Costa Rica-Inglaterra en la primera fase y el Brasil-Chile de octavos de final.

Será, sin embargo, la primera vez que Alemania pise el Mineirao, escenario habitual del Atlético Mineiro y del Cruzeiro, situado en el barrio de Pampulha.

Brasil, por su parte, pisará el césped del recinto por segunda vez después de ganar a Chile en el partido que supuso el pase a los cuartos de final después de vencer en tanda de penales.

Le trajo suerte entonces a Brasil, que se encontró al borde de la eliminación y donde Julio César se erigió como héroe.

La agitación invade a la ciudad en las horas previas. Los vecinos de esta ciudad capital del Estado de Minas Gerais, la sexta más poblada de Brasil, aguardan con expectación este penúltimo paso antes de situar a su selección donde querían.

Los primeros accesos ya han sido cortados, lo que ha generado importantes atascos en esta jornada previa. Y eso que la ausencia de Brasil en las horas previas ha relajado el estado de ánimo antes del espectáculo. La expedición de Scolari apurará al máximo en su estancia en Teresópolis, en Río de Janeiro.

Alemania, por su parte, si hará uso del césped del Mineirao con la hora que concede la organización a cada equipo.

Los problemas de tráfico serán mayores que en los anteriores partidos. El desplome del viaducto de cemento en una autovía, en las cercanías de Cidade Do Galo, donde se aloja Argentina, ha provocado cierto caos en las vías de acceso.

TAGS RELACIONADOS