El arquero de la selección brasileña, Julio Cesar, no le encuentra una explicación lógica a la derrota sufrida ante su similar de Alemania de una forma catastrófica por un abultado 7 a 1 en las semifinales de la Copa del Mundo Brasil 2014, en un encuentro jugado en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.

“Hasta aquí estaba todo muy bien. Esto es muy fuerte. No puede ser. Es inesperado”, agregó Julio Cesar, que sufrió los siete goles pero evitó varios más que pudieron llevar el marcador a dos cifras en favor de la Nationalmannschaft.

“Ahora vamos a volver a nuestras casas y abrazar a nuestras familias. Prefería perder 1-0 que 7-1. Somos fuertes y vamos a levantar la cabeza”, finalizó el arquero muy triste y entre lágrimas que no le queda más que jugar por el tercer puesto ante el perdedor del encuentro entre Argentina y Holanda.