“Me divertí jugando en esa posición. Nunca lo había hecho antes y creo que lo hice bien”, dijo Kuyt.

Kuyt obedece con humildad lo que Van Gaal le propone. No importa que él sea el segundo futbolista holandés con más participaciones internacionalidades, tiene 101 frente a las 104 de Wesley Snjeider, ni el quinto más goleador, con 24.

Dirk Kuyt se dice satisfecho por tener un hueco en el once: “Estoy contento por haber tenido esa oportunidad y espero tenerla de nuevo”, manifestó entonces. Y la tuvo.

Ante México, en los octavos de final, y Costa Rica, en los cuartos, se alineó como lateral derecho con vocación ofensiva. Kuyt sabe moverse en las líneas, pues ha jugado como extremo en muchas ocasiones. Le quitó el puesto en el costado derecho a Daryl Janmaat, del Feyenoord, en esos dos partidos.

La creatividad de Van Gaal dio de nuevo sus frutos. El 5-3-2 del técnico necesita futbolistas que sean capaces de abrir el campo.

Con un jugador como Kuyt se gana en profundidad en las alas y, paradójicamente, no ha perdido poder de marcaje. El delantero ha cumplido, incluso cuando fue llamado al punto de penal ante Costa Rica en una dramática tanda.

“Se siente mucha adrenalina en tu cuerpo. Hay mucha presión, no obstante. Lo que hay hacer es centrarse en cobrar el penal. En resumen, no sientes nada, y es en ese momento cuando se decide si esos 120 minutos de correr han valido la pena”, señaló.

Ante Argentina en Sao Paulo, es el siguiente paso. Kuyt, nacido en una pequeña aldea pesquera Katwijk aan Zee, en el sur de Holanda, consideró que se trata de una selección de “clase mundial” que merece estar en las semifinales.

Avisó, no obstante, sobre la espina clavada de la final de Sudáfrica 2010 ante España.

“Sabemos lo que se siente al perder una Copa del Mundo y nos gustaría ganar (el trofeo). Ésa es nuestra meta”, cerró el delantero reconvertido a lateral derecho.