El Fan Fest fue escenario de una ruidosa y vibrante fiesta argentina hasta que terminó el tiempo reglamentario, cuando comenzaron a verse caras de preocupación entre los albicelestes, y pasó a vivir un ambiente de funeral, marcado por el silencio, cuando Mario Götze anotó en la prórroga el gol con que Alemania venció la final y conquistó su cuarto título mundial.

Al final del partido se registraron algunos incidentes y conatos de pelea entre aficionados brasileños, que claramente apoyaron a Alemania, y los argentinos, que inicialmente aplaudieron a su selección en medio del llanto de varios pero que inmediatamente después salieron a las prisas del recinto para huir de las provocaciones.

Fue el turno de los brasileños, que se sintieron mayoría en el Fan Fest y festejaron la victoria alemana al ritmo del Monobloco, la banda de carnaval que animó la fiesta en la playa más famosa de Brasil al final del Mundial.

La fiesta brasileño-alemana y las provocaciones irritaron a grupos de argentinos que estaban en Copacabana y a los que, a empujones y debajo de una lluvia de objetos lanzados al aire, la policía no les permitió invadir el Fan Fest.

Algunos incidentes se registraron una vez concluido el partido y cuando los brasileños comenzaron a gritar el nombre de Pelé y a pedirle a los vecinos que regresen a casa.

EFE