Con ventaja en el marcador, el equipo de Löw quiso mantener el control por medio de la posesión, con esos pases cortos que admiraba el técnico germano de la selección española, pero se olvidó de la meta rival.

Sólo Karim Benzema lo intentó en el doble de ocasiones (4), que el todo el conjunto alemán en todo el primer tiempo, pero el atacante madridista no estuvo acertado y la meritoria reacción de ‘les Bleus’ antes del descanso se quedó sin premio, bien por la oportuna intervención de Manuel Neuer (m.33) o por el escaso acierto del punta francés.

Tras el intermedio, siguió llegando el equipo de Deschamps, cada vez jugó más tiempo en terreno alemán e hizo daño con la movilidad y el intercambio de bandas de Valbuena y Griezmann, pero siempre le faltó remate.

Ahogada por el calor, Alemania bajó tanto sus pulsaciones que acabó por perder el centro del campo. Jugó entonces Löw la carta de Schürrle, el hombre que revolucionó el partido contra Argelia. y respondió Deschamps con otro delantero, Löic Remy y un centrocampista menos, Yohan Cabaye.

El arreón final francés, le permitió a Alemania encontrar espacios al contragolpe y Schürrle falló la oportunidad de sentenciar, solo ante Lloris, que despejó con el pie su flojo disparo (m.82).

A la desesperada, Deschamps envió al campo un nuevo delantero, Olivier Giroud, pero su equipo, debilitado en el centro del campo, ya no tuvo fuerzas más que para una postrera acción de Benzema desbaratada por Neuer (m.93) ante un equipo alemán más práctico, que entra en semifinales con menos juego y más eficacia que en ocasiones anteriores.