Los precedentes no son buenos para los hombres de Joachim Löw, que seguramente se alegraron al saber que su siguiente rival para avanzar en el Mundial iba a ser Argelia y no Rusia.

El 1-1 de Rusia en la última jornada de la fase de grupos le impidió seguir adelante en favor de una Argelia sorprendente, con un fútbol rápido, atrevido y descarado.

Pero Alemania debe tener cuidado.

Tiene para repasar las estadísticas y no confiarse el 30 de junio en el Beira-Rio de Porto Alegre, pues podría sufrir otra derrota sorprendente como las que ya vivió en los dos enfrentamientos.

El primero fue el 1 de enero de 1964, un amistoso en Argelia que acabó 2-0. Alemania, que diez años antes había ganado el Mundial jugado en Suiza, estaba recomponiéndose para reaparecer a lo grande tras una década de sequía.

Dos años después, en Inglaterra 1966, consiguió llegar a la final, pero los anfitriones se llevaron el título con aquel famoso ‘gol fantasma’ de Geoff Hurst.

En 1964, Alemania buscaba su mejor versión. Tal vez por eso no ganó y los goles de Mahi y Oudjani dieron la primera victoria histórica al combinado árabe ante los germanos.

Hasta 1982, en el Mundial de España, se volvió a ver un enfrentamiento entre ambas selecciones. Y, de nuevo, ganó Argelia en el primer partido de la fase de grupos por 1-2.

Esa es una de las victorias más importantes de la historia del fútbol argelino. La logró adelantándose por medio de Rabah Madjer y sobreponiéndose al empate de Karl-Heinz Rumennigge con un tanto de Lakhdar Belloumi, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Esa victoria tuvo una historia posterior por la que todo un país clama hoy venganza. Alemania y Austria apañaron en la última jornada de la primera fase de grupos un 1-0 que servía a los dos para continuar adelante en la Copa del Mundo.

De nada sirvió la victoria de Argelia sobre Chile por 3-2 con la que el equipo africano sumó cuatro puntos, los mismos que alemanes y austríacos.

Sin embargo, ese 1-0, el único resultado posible que daba la clasificación ambas selecciones, eliminó a Argelia. Franz Beckenbauer dijo ese mismo día que era un día “triste para el fútbol”.

No hace mucho, Hans-Peter Briegel reconoció que hubo tongo y un diario asturiano, en 1982, dio la crónica del partido en la sección de sucesos.

Treinta y dos años después de aquel duelo, Argelia volverá a verse las caras con Alemania, a la que siempre han ganado.

Ahora, tienen un motivo más para luchar por la victoria. No es otro que una dulce venganza que les clasifique para los cuartos de final. Alemania tendrá que tener cuidado, la historia no está de su lado.