No era nueva la situación para Brasil. Ya tuvo el marcador en contra ante Croacia. Pero nada se hace con pausa, con cabeza, en esta selección donde casi nadie ejerce de ‘jugón’. Donde futbolistas con talento como Oscar pierden el paso ante la ebullición que pretende imponer el ritmo de juego amarelho. Precipitado y avasallador.

Buscó la vía directa con prisa por tomar el camino más recto hacia el Maracaná. Pero se estrelló contra el muro alemán, que empleó el mazo.

En siete minutos el equipo de Low resumió el recital liderado por Kroos. Amplió la cuenta Klose, que recogió el rechace a su primer disparo desviado por Julio César; Kroos, que inició la jugada, anotó los dos siguientes en un abrir y cerrar de ojos. El tercero llegó de una combinación entre Sami Khedira y Philip Lham. Después, el cuarto, con una culminación de una acción que surgió con un pase del centrocampista del Real Madrid.

Khedira se sumó a la fiesta. Mats Hummels se sumó al ataque y el madridista redondeó tras un centro corto de Mesut Ozil.

Brasil estaba desbordado. Sin capacidad de reacción, la sangría pudo ser mayor antes del descanso, pero Alemania prefirió especular, darse un descanso y contemplar cómo su rival se ahogaba víctima de su propia angustia.

El segundo tiempo sobró y el partido se convirtió en un vaivén sin nada en juego. Brasil, que dejó en el banco a Fernandinho y Hulk para dar entrada a Paulinho y Ramires, tiró de orgullo para maquillar la humillación.

Low, que afrontará su segunda final en una gran competición tras la Eurocopa de Austria y Suiza 2008 que perdió con España, empezó a calcular esfuerzos. Retiró a Hummels para devolver protagonismo a Mertesacker.

Entonces apareció Manuel Neuer para apagar las llamas. Brasil cercó a Alemania y el mejor portero del Mundial entró en acción para reivindicar su protagonismo y evitar que el rival asomara la cabeza. Sacó balones a Oscar, Ramires y Paulinho para desesperación local.

Cuando el furor local se apagó de nuevo Alemania no perdonó. Tras un par de advertencias, Andre Schurrle, que salió por Klose, marcó a pase de Lahm.

En plena protesta local, incrédula ante similar sonrojo, Schurrle descubrió su momento. Afeó aún más el panorama brasileño al marcar el séptimo, de un fuerte disparo a pase de Thomas Muller.

El partido fue eterno para Brasil, que encontró el honor gracias a su jugador de talento, Oscar, que finalizó un contraataque iniciado desde su portería por Julio César.

No supuso alivio alguno el gol. Su celebración representó la impotencia. La frustración. La imagen de un triste adiós y a las ilusione de su Mundial. Alemania irá a Maracaná. Regresó a una final en la última oportunidad para dar brillo a una generación plagada de talento.

Ficha técnica:

1 – Brasil: Julio César; Maicon, Dante, David Luiz, Marcelo; Fernandinho (Paulinho, m.46), Luiz Gustavo, Hulk (Ramires, m.46), Oscar, Bernard y Fred (William, m.71).

7 – Alemania: Neuer; Lahm, Hummels (Metersacker, m.46), Boateng, Höwedes; Schweinsteiger, Khedira (Draxler, m.75); Müller, Kroos, Özil y Klose (Schuerrle, m.59).

Goles: 0-1, m.11: Thomas Muller; 0-2, m.23: Klose; 0-3, m.24: Kroos; 0-4, m.26: Kroos; 0-5, m.29: Khedira; 0-6, m.70: Schurrle; 0-7, m.77: Schurrle. 1-7, m.90: Oscar.

Árbitro: Marco Rodríguez.

Estadio: Mineirao, Belo Horizonte.