El español, cuarto cabeza de serie en el pabellón O2 Arena ante la ausencia por lesión de su compatriota Rafa Nadal, plantó cara al suizo y dispuso de hasta diez bolas de ruptura a lo largo del duelo, pero acabó sucumbiendo al vasto abanico de recursos técnicos del helvético.

Roger Federer , sin embargo, volvió a presentarse ante Ferrer como el rival inaccesible que lo ha batido en las catorce ocasiones en las que se han enfrentado desde su primer duelo, en 2003: en este tiempo, el helvético le ha ganado al español 29 sets y ha cedido tan solo tres.

Con todo, el español, que a sus 30 años está hecho a remar a contracorriente y llegaba con la confianza al máximo al término de la mejor temporada de su carrera, saltó a la pista dispuesto a rebelarse contra la estadística y puso contra las cuerdas al suizo, de 31, con un 0-40 al resto en el primer juego.

Para desgracia de David Ferrer , la muñeca de Federer no se había enfriado desde el pasado martes, cuando exhibió su más refinado tenis ante Tipsarevic, que no le aguantó el ritmo más de una hora.

El quinto tenista del mundo sí ofrecía resistencia esta tarde, hasta el punto de que disfrutó de tres oportunidades ruptura en el tercer juego: dos de ellas las desactivó Federer, obsesionado con levantar el próximo lunes su séptima Copa de Maestros, y la otra el juez de silla, que dio fuera una bola que el ojo del halcón situó luego en la línea.

En el segundo, un desafío equilibrado de tres cuartos de hora, el de Jávea llegó a plantarse en un desempate que comenzó con buen pie, pero en el que Federer afinó su saque cuando más lo necesitaba para cerrar su segunda victoria en la Copa de Maestros.

EFE