El español nunca había ganado al helvético bajo techo, pero salió a la pista convencido de que podía cambiar esa historia. El mallorquín no cedió un solo punto con su servicio hasta el sexto juego.

Roger Federer se enfrentaba en Londres a Rafael Nadal y a su propio estado de forma, un día después de un exigente duelo de dos horas y media ante el argentino Juan Martín del Potro y al término de una temporada en la que tan solo ha levantado un torneo menor (Halle), su peor resultado en más de una década.

El helvético, capaz de sacarse golpes brillantes que descolocaban a Nadal, sufría al mismo tiempo demasiados altibajos, que permitieron al español llevarse el primer set por 7-5 antes del tercer cuarto de hora de partido.

No habían pasado más de veinte minutos del segundo parcial, cuando el tenista suizo estrelló en la red una bola que permitió al español adquirir una ventaja de 3-2.

Roger Federer fallaba demasiados golpes poco comprometidos como para poner en apuros en el tramo final del partido a Rafael Nadal, que con la confianza de verse a pocos pasos de la final, cerró el duelo con inusual rapidez por 6-3.

EFE