Con el término de la Copa América se ha cumplido el primer año de la contratación de Sergio Markarián (1 de Noviembre de 1944) al frente solamente de la selección de mayores, pues arribó a Lima el 23 de Julio del año pasado para hacerse cargo de ese puesto.

En un artículo escrito por este analista a través de estas páginas el 17 de Junio de este año, previo a la Copa América, titulado: “El proceso Markarián en marcha”, reflexionaba sobre el comienzo de su trabajo a cargo de nuestra selección.

A continuación encontrarán algunos párrafos escritos en ese artículo, que luego de la Copa América cobran vigencia.

“Para ello fue llamando a numerosos jugadores para evaluarlos, lo que denominó micro ciclos, uno de ellos se realizó en el Cusco, con el claro propósito de analizar a la mayor cantidad de jugadores posibles, con el fin de ampliar la base de seleccionables, con miras a la Copa América y a las Eliminatorias Mundialistas Brasil 2014, pues hasta ese momento eran muy pocos jugadores los que entregaban garantía de éxito, tanto como futbolistas y como personas, pues la indisciplina y la falta de calidad, campeaba en el medio local.

Pronto rayó la cancha y aquel jugador que no se comprometía con su proyecto no tendría oportunidades para jugar por la selección.

Superado el problema de la salida a un casino en Panamá, que esperamos haya sido tomada por los jugadores como una lección que no se volverá a repetir, la planificación del técnico sigue su curso, aunque este analista discrepe de las metas del mismo.

Según declaraciones del cuerpo técnico dirigido por Markarián y los dirigentes de la FPF, el éxito de este OBJETIVO concluirá con la posible clasificación de nuestra selección al mundial Brasil 2014, deseo totalmente corto placista, pues por la capacidad y preparación del técnico uruguayo, se debió aprovechar su presencia para sentar las bases de un PROYECTO bastante más ambicioso y a largo plazo, como el de diseñar el plan de desarrollo integral de nuestro fútbol para los próximos 20 años, solicitado y explicado tantas veces por este analista.

Los resultados de los nueve partidos jugados hasta ahora por la selección bajo la dirección técnica del charrúa se han saldado con 4 victorias, 4 empates y una derrota, ante rivales de menor jerarquía, con 8 goles marcados y solamente 3 recibidos, lo que hace un rendimiento del 59.3%, encuentros que han servido para extraer algunas conclusiones.

En estos compromisos amistosos, más que los resultados en sí mismo ( siempre será bueno ganar), interesan las propuestas del entrenador para evaluar el funcionamiento del equipo como tal, sus propuestas tácticas y sus sistemas de juego, así como la respuesta de los jugadores ante el requerimiento internacional para ver si tienen la suficiente jerarquía para enfrentar retos distintos.

Una de las cosas que más ha sobresalido en estos nueve partidos es el ordenamiento defensivo, que hay que tomarlo con pinzas por la calidad de los rivales enfrentados, pero lo que más me ha llamado la atención es el nivel de compromiso de los jugadores ante la propuesta del técnico, pues en encomiable esfuerzo, tratan de recuperar el balón lo más cerca del área rival, ejecutando un asfixiante pressing, inédito en un equipo peruano, sea de club o de selección. En nueve partidos jugados, la mayoría fuera de casa, solo han recibido tres goles

El asfixiante pressing ahogando la salida rival es, para mi gusto, nota sobresaliente hasta el momento de esta selección dirigida por Sergio Markarián.

En el debe esta la poca capacidad ofensiva, como lo demuestra el haber anotado solo ocho goles en estos nueve partidos disputados ante selecciones de nivel inferior, que más que producto de la ausencia de Pizarro o Guerrero – en una exigente eliminatoria mundialista larga como la sudamericana, se necesitan más que dos excelentes jugadores – me parece que por cuestiones técnicas, ya que los delanteros en punta juegan muy separados entre ellos, además que los volantes no se juntan con sus delanteros, por lo que se tiende a dividir el balón a través de pelotazos, creando a lo largo de todos estos encuentros muy pocas oportunidades de gol.

El problema es que si se adelantan los volantes queda desprotegido el sector defensivo, por lo que hay que trabajar mucho en ese sentido. Una de las cosas más importantes en un equipo de fútbol es mantener el equilibrio y seguramente Markarián estará trabajando para mejorar esa deficiencia.

Hay tiempo para trabajar y limar las muchas deficiencias que aún muestra el equipo.

En las cinco últimas Copa América y en las tres Copas Kirin, nuestro seleccionado ha realizado aceptables actuaciones, al contrario de las últimas Eliminatorias Mundialistas, donde quedó muy mal ubicado.

El objetivo trazado por el uruguayo sigue su rumbo. Lástima que la meta sea tan corto placista como la de buscar solamente la clasificación al mundial de Brasil 2014.

Me hubiera gustado que de una vez por todas se hubiera trazado el camino para desarrollar integralmente nuestro fútbol para los próximos 20 años, pues creo que Sergio Markarián es un entrenador capacitado para guiar este ambicioso proyecto”.

Casi todas las consideraciones señaladas en ese artículo, se cumplieron en la Copa América 2011, que demostró una vez más, que el fútbol sudamericano se niveló para abajo, cosa que la mayoría de sus periodistas y aficionados no quieren aceptar.

Llegaron a las semifinales Perú, Paraguay, Venezuela y Uruguay, dejando en el camino, nada más y nada menos, a la Argentina (otra vez el síndrome de los cuartos de final) y Brasil, históricamente los grandes favoritos para ganar la Copa América, selecciones que solo ganaron un partido y empataron sus tres restantes.

Paraguay llegó a la final igualando sus cinco encuentros y perdió claramente la final contra Uruguay por 3 a 0.

Pero esta Copa América deja una gran lección. Tres de las cuatro selecciones semifinalistas están desarrollando un PROYECTO a largo plazo.

Gerardo Martino dirigió a la “albirroja” desde Marzo del 2007, hasta después de la Copa América 2011 cuando renunció, pero sin intervenir en los seleccionados menores. En el Uruguay, Oscar Washington Tabárez es el técnico “celeste” desde el 2006, controlando todas las selecciones uruguayas, y como detalló en una conferencia de prensa FORMANDO INTEGRALMENTE AL JUGADOR URUGUAYO DESDE TEMPRANA EDAD. En Venezuela, César Farías, con apenas 38 años, cumplidos el 7 de Marzo, lo hace en la “vinotinto” desde el 18 de Diciembre del 2007. No solo maneja todas las selecciones venezolanas, también es el entrenador de algunas. Dirigió a la S20 en el Sudamericano del 2009 y en el mundial de la categoría en Egipto de ese mismo año, donde clasificó a los octavos de final. Fue la primera selección venezolana en jugar un mundial de fútbol

El Perú solo tiene un OBJETIVO, el cual es clasificar al mundial Brasil 2014.

Se está perdiendo una brillante oportunidad, pues Markarián debería tomar el comando para dirigir la Dirección Técnica Nacional, en un proyecto a largo plazo, capacitando entrenadores nacionales para que estos formen integralmente al futuro futbolista peruano, con valores y principios, mentalidad ganadora, alimentación adecuada y finalmente inculcarle los fundamentos futbolísticos. Formar la Unidad Técnica, que controla todo lo referente a todos los seleccionados nacionales. Desarrolle los sistemas de campeonatos que perduren en el tiempo. Calendarizar todo el fútbol peruano, es decir todo lo que corresponde al manejo de una Dirección Técnica Nacional, trabajo para la cual está perfectamente capacitado.

Unos tienen PROYECTOS. El Perú solo un OBJETIVO. No desperdiciemos a Markarián.

Nuestra selección cumplió una buena actuación en la Copa América, más por los resultados – pocas veces consigue un tercer puesto – que por el fondo futbolístico expresado, debido al nuevo giro que ha tomado bajo la dirección técnica del comando encabezado por Sergio Markarián, que no es producto de la magia, es el resultado del trabajo realizado desde que tomó el mando de la selección peruana.

En los micro ciclos aprovechó al máximo para analizar a los posibles candidatos para que integren el seleccionado. Ahí aparecen Advíncula, Cruzado, Chiroque, Balbín, Guevara, Lobatón, Revoredo, Yotún, entre otros – jugadores sin grandes vuelos que entendieron que el fútbol es un juego colectivo y ahora muchos de ellos buscan nuevos horizontes.

En esas largas jornadas, les inculcaba a sus jugadores los distintos sistemas de juego que podría utilizar durante los partidos, que poco a poco fueron absorbiendo, siendo aplicados con notable éxito en los seis encuentros jugados en la Copa América. En cada juego el Perú cambió el sistema de juego. La principal virtud del uruguayo es que los jugadores creen en sus instrucciones.

Hoy nuestra selección es un equipo ordenado y respetado. Con él la disciplina ha vuelto. Ahora todos quieren integrarla y todos luchan por la misma causa.

Según el propio técnico todavía no ha ganado nada, para que nadie baje los brazos y desde ahí tratar de formar una selección que intente la clasificación al mundial Brasil 2014, su único OBJETIVO, que como he repetido reiteradamente, se le está desperdiciando, pues está capacitado para encabezar el GRAN PROYECTO para desarrollar a largo plazo el fútbol peruano.

Aquí no existe magia. Aquí lo que existe en un buen trabajo.

Por Luis Puiggrós Planas