Raphael Varane y Pepe tenían la misión de defender por el centro los embates del italiano Mario Balotelli, la principal estrella del ataque “red”, que no logra integrarse en el conjunto inglés tras su llegada desde el Milan este verano y que hoy se fue el banquillo tras 45 minutos en los que se mostró inoperante.

Los centrales del Real Madrid estaban secundados por Marcelo, por la izquierda, y el español Álvaro Arbeloa, que protegía la banda derecha en la que fue su casa durante tres temporadas.

Cuando los hinchas del Liverpool entonaban el himno “You’ll Never Walk Alone” poco antes de comenzar el duelo, planeaba sobre Anfield el fantasma del 4-0 en contra que se llevaron los blancos en su última visita a Anfield, hace cinco años, pero el equipo español no tardó en demostrar a los aficionados locales el cambio radical que ha sufrido desde aquel encuentro.

El Liverpool, sin rumbo desde la marcha del uruguayo Luis Suárez al Barcelona, trató de imponer durante los primeros instantes el mismo ritmo ligero con el que atosigaron a los blancos en 2009, pero se vino abajo tras unos primeros minutos en los que los de Brendan Rodgers merodearon sin excesivo peligro por las cercanías del área de Iker Casillas.