Igual que su papá, ex futbolista, Alejandro, le dicen Mancu y juega de 5. Esa posición en el campo que controla todo. Que tiene la visión de lo que pasa cuando el equipo ataca y lo que sucede cuando el rival tiene la pelota. Y él va por ella.

Porque como el ADN que lleva en sus venas, es un tiburón que huele sangre cuando el equipo contrario tiene la posesión. Pero cuando el que la pone abajo del botín es él, juega y distribuye para sus compañeros. Ese es Gianluca Mancuso, un chico con apellido grande que está haciendo sus primeros pasos con la ‘albiceleste’.

En Asunción, Mancu está jugando el torneo más importante de su vida. Con la Sub 17 vino a Paraguay a buscar la clasificación y jugar el Mundial. Pero el inicio de campeonato no fue el esperado para él y el equipo. “No arrancamos el torneo de la forma en que esperábamos pero tenemos que estar tranquilos. Nos costó mucho el primer partido por el clima, mucho calor y humedad”, analiza después de completar los 180 minutos de juego contra Ecuador y Uruguay.