Era diciembre, cuando el sorteo se dio a cabo en Brasil, y se formó el grupo de la muerte. El Grupo D era conformado por Uruguay, la selección revelación y que quedó cuarto en Sudáfrica 2010 y dos veces campeón del mundo; Inglaterra, la selección que conquistó la Copa del Mundo en 1966 y país donde precisamente nació el fútbol, e Italia, el campeón de Alemania 2006 además de haber conquistado otras tres veces el título mundial. ¿De verdad tenía chances Costa Rica?

Puedo decir a carta cabal, que ningún lector, o el más hincha patriota de Costa Rica se tuvo fe cuando vio el grupo que le tocó. Salvo Jorge Luis Pinto, un técnico que cree en sus jugadores, que les cambia el chip, que los hace ganadores, que hace que se la crean, algo parecido a lo que logró con Alianza Lima en el año 1997.

Costa Rica es pues el outsider del mundial, la selección de la que nadie pensó que podía llegar a Octavos de Final eliminando a Inglaterra y dejando en la cuerda floja a Italia y Uruguay. Venció a la celestes 3-1 en la primera fecha, y en la segunda fecha de su grupo simplemente se despachó con Italia con un juego muy bien esquematizado dentro del juego con la intención de llegar con méritos propios a una instancia mayor en este mundial.