Con la acreditación para la gala del Balón de Oro aún en la muñeca y sin separarse del trofeo del , aterrizó este miércoles en Brasil entre una gran expectación después de imponerse a Lionel Messi por el mejor gol del año.

Cuando aún no se cumplían 48 horas desde que este humilde delantero de 27 años protagonizara la sorpresa de la gala, Lira fue recibido por una nube de hinchas en el aeropuerto de Goiania (centro-oeste), atraídos por el cuento que vive este futbolista que hace poco más de dos meses estaba desempleado.

“Sólo puedo agradecerle a la gente. A los que vinieron a recibirme y a los que votaron por mí, mostrando que ningún sueño es imposible”, afirmó Wendell Lira al sitio GloboEsporte, en referencia a los 1,6 millones de internautas que eligieron su tanto frente a los de Messi y Alessandro Florenzi, los otros finalistas.

“Ésta es mi historia y también la de Joao, Maria y otros millones de brasileños”, añadió al desembarcar.

La lluvia, sin embargo, impidió que desfilara en un camión de bomberos como estaba previsto; el jueves le recibirá el gobernador del estado de Goiás.