Fue una venganza. Antes del inicio del Manchester United – Liverpool, como es habitual los jugadores se saludaron, pero el uruguayo Suárez se negó a darle la mano a Patrice Evra. Ello provocó la ira del francés, pero fue controlado por sus compañeros.

Pero al final del duelo, con el triunfo de 2-1, Evra celebró a rabiar, alzando los brazos, saltando, todo delante de Suárez, quien se retiraba cabizbajo por la derrota.