El partido ya había finalizado. Perdió 3-1 en un duelo por la Copa de la Liga de Inglaterra y el entrenador del Swindon Town, Paolo di Canio, obligó a su jugador a ingresar a los camerinos.

El futbolista le sacó la mano a su entrenador y empezó un forcejeo camino a los vestuarios. Adentro ya se agarraron a golpes.

“Paolo debe saber que las cosas no se resuelven así. Nuestro entrenador estaba decepcionado con el comportamiento de un jugador, pero hay límites para todo”, dijo el presidente de su equipo.