La violencia en el fútbol sucede en todo lado, pero pocos toman fuertes medidas para erradicar esa lacra del deporte.

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, se reunió con aficionados al fútbol de este país, a quienes explicó las últimas medidas adoptadas por las autoridades para erradicar la violencia en los estadios de cara a la próxima Eurocopa de 2012 .

El endurecimiento del control policial de los recintos deportivos cuenta con la oposición de los aficionados polacos, que acusan al Gobierno de Tusk de demonizarles y convertirles en “chivos expiatorios” de otros problemas que afectan a Polonia.

Lo cierto es que el país centroeuropeo, sede de la próxima Eurocopa junto con Ucrania, está empeñado en acabar con el vandalismo en sus estadios y ha preparado un plan contra los hinchas violentos que incluye más medidas de seguridad, multas superiores a los 700 euros y la posibilidad de que la policía pueda sancionar en el acto.

Tras la reunión, Donald Tusk reconoció no haber convencido a los aficionados de la necesidad de endurecer la lucha contra los violentos, y reiteró que “no habrá tolerancia para la delincuencia en los estadios”.

“No obstante, el Estado se esforzará en tratar de individualizar los casos para evitar castigos colectivos”, puntualizó el primer ministro polaco.

Precisamente, ésta es una de las quejas que mantienen los aficionados al fútbol en Polonia, que afirman que el vandalismo de algunos colectivos violentos está convirtiendo a todos hinchas en objeto de sospecha, control policial y multas.