Una página negra, empañada por la violencia será recordada la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors. El partido de vuelta, que debía jugarse el último sábado 24 de noviembre, se postergó en dos ocasiones y en la actualidad no se conoce la fecha en la cual se realizará. Estos hechos han causado grandes pérdidas económicas que no son pocas y las cuales preocupan a los organizadores como a las instituciones involucradas.
El primer encuentro terminó empatado a dos goles, tras ser postergado por una intensa lluvia en Buenos Aires. La vuelta, a disputarse en el barrio de Núñez, resultó en un desastre.
El sábado, el bus que transportaba al equipo de Boca Juniors fue atacado en ruta al estadio Monumental. Jugadores en el hospital y fanáticos furiosos desencadenaron el caos que terminó en dos prórrogas del partido.
El partido se postergó para el domingo 25. Después del vandalismo, heridos, robos y demás, el encuentro se volvió a aplazar.
Disipado el humo, el campeonato aún no tiene ganador, pero sí varios perdedores. Perdió el fútbol y el fair play. También perdió River Plate.
Pérdidas
La doble prórroga del encuentro le costó al cuadro millonario unos 25 millones de pesos, que se traducen en US$651,750, según el diario Perfil.
La venta de los boletos para el partido recaudó un total de US$2.6 millones para el equipo presidido por Rodolfo D’Onofrio. Descontando el IVA (impuesto argentino), queda un saldo de US$2.1 millones.
Es decir, sin haberse jugado un minuto de fútbol en el Monumental, River Plate ya perdió el 31% de lo recaudado, solo por abrir el estadio.
El desglose de las pérdidas cuenta con varios ítems, en donde el más costoso fue el desembolsado por recursos humanos. Se pagaron US$208,560, pues los empleados de la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDyC) cobran doble al tratarse de la final de la Copa Libertadores.
El personal de la Policía Federal se llevó US$104,280 por ambos días. No obstante, como cobran por horas, la tajada del domingo fue significativamente menor.
La seguridad privada y el seguro del espectador costaron, cada uno, US$78,210. Además, el último suma el 2% de comisión de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), pues se paga a través de este medio.
Por último, River Plate alquiló un estacionamiento para los asistentes y compró pirotécnicos para recibir a su equipo. Estos dos elementos sumaron US$65,175.
En total, las suspensiones costaron, el sábado, US$391,050; y el domingo, US$260,700.