El Levante llegaba en su mejor momento pero el Santiago Bernabéu son palabras mayores para cualquier equipo en este momento. Ocho jornadas sin caer derrotado sirvieron de poco cuando el Real Madrid le encerró en su terreno desde el primer minuto.

El ritmo de juego era altísimo, al ritmo de Modric, Di María y Carvajal desbordaban por banda, y los tres de ataque comenzaban a afinar su puntería.