Pocos dudaban del fichaje en la casa blanca. Dentro no llegaron los nervios del entorno madridista cuando el inicio de temporada liguero lo marcaron las derrotas en Anoeta contra la Real Sociedad y frente al Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu.

Los 80 millones de euros pagados por una de las sensaciones del Mundial Brasil 2014 ‘obligaban’ a Carlo Ancelotti a dar continuidad a James Rodríguez.

Ancelotti ha dado la cara siempre por su jugador públicamente, consciente de que está realizando un esfuerzo. Cuando firmó por el Real Madrid, James ya sabía que en un ataque con Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gareth Bale debía modificar su posición si quería tener continuidad.

Con humildad y buena actitud, James ha ido entrenándose para aprender conceptos defensivos que hasta ahora no debía cumplir con tanta rectitud para que su equipo no se resintiese. Y en pocos partidos Ancelotti le puso en la banda izquierda, la derecha, como segunda punta y hasta de centrocampista en la creación.

Cuando más brilló fue cuando más cerca del área jugó, en el partido de vuelta de la Supercopa de España contra el Atlético. Pero la derrota del Real Madrid dejó su actuación en segundo plano. Hasta que el paso del tiempo ha dado con el resultado esperado y ha comenzado a rendir a un alto nivel formando parte de los tres del centro del campo.

En el 4-3-3 de Ancelotti, cayendo hacia la izquierda, hizo un gran partido en su estreno de blanco en la Champions League ante el Basilea y lo repitió frente al Deportivo La Coruña en Riazor, donde su complicidad con Marcelo en el costado la extendió al resto del campo iniciando gran parte de las jugadas de ataque del conjunto madridista.

Otro golazo de James, que tiene oro en su pierna izquierda, más una asistencia, con una conexión que comienza a ser especial con Cristiano Ronaldo, dejaron su mejor actuación en el Real Madrid en un partido que acabó en la banda derecha y con otro sistema, un 4-4-2, que dio más equilibrio al conjunto de Ancelotti.

Sus cinco recuperaciones de balón muestran que crece su actitud defensiva y el paso de la temporada va mejorando su físico, que debe estar en un tono alto si quiere aguantar el ritmo de los 90 minutos en los que, tras atacar, debe asumir la vuelta en defensa para dar equilibrio al equipo en el repliegue.

La ausencia de Ángel Di María dejó un vacío difícil de cubrir, al ser un extremo nato de los que adolece Ancelotti. Con otro estilo, James da un paso al frente y comienza a responder a las altas expectativas creadas.