La redacción del acta de Alejandro Hernández Hernández, que escribió que Cristiano Ronaldo fue expulsado por “dar una patada a un adversario sin estar el balón a distancia de ser jugado” determinará la suerte del portugués en las próximas jornadas.

Al margen del perdón del propio Edimar y de las consideraciones que puedan hacer los integrantes del Comité de Competición, Francisco Rubio, Lucas Osorio y Pablo Mayor Menéndez, la tarjeta roja convierte a Cristiano Ronaldo en baja segura para el duelo ante la Real Sociedad.

El Código Disciplinario de la RFEF indica en su artículo 114 que “la expulsión directa” en un encuentro “acarreará la imposición de la sanción de suspensión durante, al menos, un partido, salvo que el hecho fuere constitutivo de infracción de mayor gravedad”.

Cuando la expulsión “se deba a situaciones en que el futbolista no hubiera tenido posibilidad de disputar el balón, la suspensión será de al menos, dos partidos”.

El artículo 123 señala que cuando haya una actitud violenta que se produzca “al margen del juego o estando el juego detenido, se sancionará con suspensión de dos a tres partidos, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 98 del presente Código”, sobre “Agresiones”.

Según éste, “agredir a otro, sin causar lesión, ponderándose como factor determinante del elemento doloso, necesario en esta infracción, la circunstancia de que la acción tenga lugar estando el juego detenido o a distancia tal de donde el mismo se desarrolla que resulte imposible intervenir en un lance de aquél, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos”.

Si la sanción supera los dos partidos Cristiano Ronaldo se perderá el duelo en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid, el 7 febrero, ya que tres días antes, el miércoles 4, el Real Madrid debe disputar el partido de la decimosexta jornada ante el Sevilla, aplazado por el último Mundial de Clubes.

El acta arbitral será más determinante que las disculpas públicas expresadas por Cristiano Ronaldo tras la expulsión en Twitter, en la que definió su actitud como un “acto irreflexivo”, que forzó su quinta expulsión en la Liga, más de las que sufrió en la Premier League.