Las cosas no salieron y la molestia del capitán fue más que evidente. Real Madrid cayó a su punto más bajo de la temporada al caer goleado por 4-0 en su visita al Vicente Calderón, donde el Atlético de Madrid le asestó una derrota que no olvidará en muchos años.

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Este duelo catastrófico para el Real Madrid reveló una grieta en la interna del club madridista. Cuando las cosas salen mal siempre hay culpables, aunque de la puerta para afuera se diga que no.

El enfado de Cristiano Ronaldo tras uno de los goles del Atlético de Madrid fue más que evidente. Y la mirada del delantero portugués, máxima estrella madridista, tenía un destinatario bastante claro, otro peso pesado del vestuario, el golero Iker Casilla.

Los gestos de desaprobación de Cristiano mirando el arco de Casillas revelaba el fastidio del luso, pensando que el arquero algo más pudo hacer para evitar la caída.