Una de las atracciones de este partido era el estreno de Samuel Eto’o bajo las órdenes de José Mourinho, con el que ya había coincidido hace tres años en el Inter de Milán.

Eto’o se mostró activo durante todo el duelo, si bien fue incapaz de materializar las ocasiones de las que dispuso para adelantar a los suyos.

Mourinho también quiso mostrarle su confianza al español Juan Mata, a quien diversos rumores situaban lejos de Londres este verano. El portugués puso de inicio al español para guiar el juego del Chelsea, si bien le sustituyó nada más comenzar el segundo tiempo por el joven brasileño Oscar.

El Chelsea parecía incapaz de superar el denso entramado defensivo que había situado el técnico español del Everton, Roberto Martínez.

Los de Martínez demostraron además que son capaces de plantarle cara al rival más competente con un gol en el tiempo de descuento del primer tiempo.

Fue un jarro de agua fría para los de Mourinho: el Everton trianguló con calma ante el área del Chelsea, cuyos jugadores se agolpaban estáticos en defensa.

Tras varios pases, los de Martínez encontraron un hueco para profundizar en el área de Petr Cech y lanzaron un centro bombeado hacia el segundo palo que encontró sin cobertura al croata Nikica Jelavic, quien por su parte dejó de cabeza un balón suave para que fuera el escocés Steven Naismith quien finalmente marcara.

Por detrás en el marcador, Mourinho se la jugó y puso todas sus cartas sobre la mesa. Sentó a un defensa, Ashely Cole, para dar salida a Torres, y envió a los suyos al ataque aún a riesgo de dar facilidades a los contragolpes del Everton, una medida que tampoco logró doblegar la resistencia de los de Martínez.

EFE