El martes en torno a las nueve y media nació su primer hijo, pero después de pasar la primera noche junto a Shakira y su bebé, Gerard Piqué tuvo que volver al trabajo.

El futbolista abandonó el hospital a primera hora de la mañana del miércoles para dirigirse en su coche al entrenamiento con su equipo, fijado para las once.

Esta preparación, a puerta cerrada, sirvió para pulir detalles de cara al partido que enfrentará al equipo azulgrana el jueves contra el Málaga en los cuartos de final de la Copa del Rey, en La Rosaleda.

Sus compañeros le recibieron con un caluroso aplauso para felicitarle, mientras el deportista no dejaba de sonreir.