Una aficionada del club Llagostera de Barcelona nunca pensó que los gestos racistas que hizo en contra del delantero marfileño del Racing de Santander Mamadou Koné le costarían hasta el trabajo. ¿Por qué?

Resulta que la protagonista de este lamentable hecho es empleada del museo del FC Barcelona, y que por cuyo reglamento interno decidió separarla de la institución acogiéndose al código ético instaurado en 2010, donde se aclara que las actitudes de “discriminación o trato inadecuado de género, raza, color, nacionalidad, creencia, religión, opinión política, estado, orientación sexual, minusvalía o cualquier otra circunstancia personal protegida por el derecho, tanto respecto a empleados, directivos, socios o proveedores”.

Asimismo, el club Llagostera decidió prohibirle el ingreso al estadio Municipal donde funge de local el cuadro catalán.

Al respecto, el agraviado, solo atinó a publicar en Twitter: “Respecto a lo de esta “señora” mejor no decir nada… Ya se retrata ella sola”.