Nigeria, que ya había vencido a domicilio en el encuentro de ida por 2-1, no tuvo nunca en peligro la presencia en su segundo Mundial consecutivo después del de Sudáfrica, donde no pasó de la primera fase.

El conjunto de Stephen Keshi sentenció la eliminatoria a los veinte minutos, con un penalti transformado por Victor Moses.

En la segunda mitad, amplió su triunfo con el gol de Victor Obinna a diez minutos del final de un lanzamiento de un golpe franco.