El resurgió en con un estreno ganador en la 2018-19, en el que remontó un gol en el primer tiempo con pegada y determinación por medio de Diego Costa y José Giménez, los dos goleadores de una reacción promovida por Antoine Griezmann y Koke Resurrección.

Al ritmo de los dos, ambos esenciales para las máximas aspiraciones que se plantea el conjunto rojiblanco para este curso y ambos indispensables para la victoria de este martes, su equipo se reactivó en el estadio Luis II con un buen resultado, con algún buen pasaje, pero también con unos cuantos aspectos aún mejorables.

El Atlético Madrid demostró carácter y sobre todo pegada; dos cualidades transcendentes en todo su recorrido de éxitos de los últimos seis años y dos bases sobre las que construir su reacción en este inicio de temporada. De momento se reencontró con la victoria, mientras ajusta su funcionamiento colectivo y potencia sus individualidades, además con la capacidad para levantar un gol en su contra.

El 1-0 fue un despropósito propio. De Saúl, sobre todo, cuando amortiguó con el pecho una pelota sencilla al borde del área, sin atender a que detrás esperaba Falcao para arrebatársela con suma facilidad, pero también de Correa, que intentó controlar de espaldas, hacia su portería, un balón que nunca debió ni siquiera pensar en controlarlo. El rechace fue a Gandsir, que culminó el gol.

Un tanto impropio de un equipo como el bloque rojiblanco, tan firme y tan cuidadoso atrás siempre. En la actualidad transmite una vulnerabilidad impensable en casi toda la era . En cada gol recibido en cuatro de sus últimos cinco duelos, ha habido algún fallo. Antes una excepción, ahora es demasiado común.

El Atlético se rebeló contra ese error al ritmo de Koke y Griezmann. Incluso sobre un césped horrible, también impropio de un duelo de la Champions League, el fútbol entre líneas del francés fue un jeroglífico irresoluble para su rival, un equipo que, aún con el 1-0, evidenció que hoy por hoy está lejos del club madrileño.

Sin nada del otro mundo, después de una estirada de Jan Oblak para repeler el trallazo desde fuera del área de Aholou, en cuanto encontró la verticalidad, la destreza con la que mejor se mueve en ataque, derribó a su oponente con dos golpes en el cuarto de hora final del primer tiempo, desde el 1-1 de Costa al 1-2 de Giménez.

En los dos participó Koke. En el 1-1, en el minuto 32, cuando transformó una transición en un contragolpe letal. Dos pases al primer toque, el primero suyo, el segundo de Griezmann, ya al desmarque al espacio y a la carrera de Diego Costa, desbordaron al Mónaco. El internacional español los culminó ante Benaglio (1-1).

Y en el 1-2, como asistente desde la esquina. Sin Thomas Lemar sobre el terreno de juego, suplente de inicio, los lanzamientos de córner fueron de nuevo para Koke, que puso la pelota en el punto de penalti para la irrupción y el testarazo de Giménez, potente en un remate inalcanzable para Benaglio segundos antes del intermedio.

Repuesto del daño, por delante en el marcador, controlador sobre el césped, el Atlético Madrid rearmó su partido para el segundo tiempo. No asumió riesgos con la pelota, pero sí con su repliegue, por ese paso atrás que dio conforme avanzó el duelo, que le posicionó unos metros por delante de su área, sin el balón, sin salida, sin contragolpe.

Si durante todo el primer cuarto de hora de la reanudación le negó al Mónaco una reacción que sólo habría sido posible con la propia permisividad del equipo madrileño, un rato después le dio el margen suficiente para intentarlo. Sin éxito, sí, sin ocasiones, también, pero en una zona de riesgo, que penaliza cada despiste.

No tuvo ya ninguno el Atlético, que reafirmó que su partido ya estaba hecho. Mientras el reloj contaba a su favor, prefirió el control al ataque, la posesión a la verticalidad, sin renunciar a un par de apariciones ofensivas que terminaron sin rematador, consciente de que el choque ya lo había ganado mucho tiempo antes.

EFE.

Mónaco vs Atlético de Madrid | Minuto a minuto

Mónaco vs Atlético de Madrid | Posibles Alineaciones

AS Mónaco: Benaglio; Sidibé, Glik, Jamerson, Henrichs; Ait-Bennasser, Aholou; Grandsir, Tielemans, Chadli; y Falcao.

Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Lucas o Filipe; Koke, Sául, Rodri, Lemar; Griezmann y Diego Costa.

Mónaco vs Atlético de Madrid | La Previa

Es un anhelo para el conjunto madrileño desde hace mucho tiempo, desde la final perdida de la Copa de Europa 1974 contra el Bayern Múnich en el estadio Heysel de Bruselas, condenado a un encuentro de desempate por un gol en los últimos instantes de la prórroga, cuando sentía que el trofeo era suyo con el tanto de Luis Aragonés.

Pero incluso lo es más aún desde hace cuatro años, desde aquel cruel desenlace de la final que disputó contra el Real Madrid en Lisboa, con el 1-1 de Sergio Ramos en el minuto 93 y con el 4-1 de una prórroga a la que llegó exhausto, o desde hace dos, cuando los penaltis le apartaron de la cima en San Siro contra el mismo rival.

Tres golpes de los que quizá jamás se ha repuesto, que permanecen como una cuenta aún pendiente en la mente de cada futbolista, de cada miembro el cuerpo técnico y de cada aficionado del Atlético y que sólo se saldará cuando la Liga de Campeones sea suya, este año además con el aliciente de la final en el Wanda Metropolitano.

Nadie en el Atlético mira tan lejos. Queda mucho recorrido hasta ahí, además con el aviso que supuso ya el curso pasado, cuando no fue capaz ni de ganar al Qarabag, con dos empates, ni de superar la primera fase junto al conjunto azerbaiyano, el Chelsea y el Roma, y con la advertencia que siente ahora por sus últimos marcadores.

Ha ganado la Supercopa de Europa, el pasado 15 de agosto frente al Real Madrid en la prórroga, y dispone de una plantilla de indiscutible potencial; las únicas certezas de su dudoso inicio del curso, en el que ha atravesado las primeras cuatro jornadas con el peor inicio de la era Simeone: cinco puntos de 12 posibles.

Sin victoria en sus últimos dos compromisos, la derrota 2-0 en Vigo y el punto que rescató el pasado sábado por medio de Borja Garcés en el minuto 94 ante el Eibar, aunque en ese caso tuvo ocasiones suficientes para haber ganado de sobra. Toda esa carga le acompaña este martes en Mónaco, donde necesita ganar o ganar.

Champions League – la agenda del martes

No admite matices el inicio de una competición tan exigente como la Liga de Campeones, pero tampoco la coyuntura que sufre en la actualidad, con la crisis ya como amenaza latente. Tampoco un grupo que mira desde el lado positivo, desde la confianza de que su reacción será inmediata, un comienzo de campaña al menos inesperado.

En Mónaco aguarda la reivindicación o la depresión. Dependerá del resultado en el estadio Luis II, donde el argentino Diego Simeone dispone de 16 jugadores del primer equipo (ha completado la lista de 21 hombres con el goleador del sábado Borja Garcés, Joaquín Muñoz, Andrés Solano, Francisco Javier Montero y el portero Álex dos Santos), mermado de nuevo por las bajas por lesión de Santiago Arias, Nikola Kalinic, Stefan Savic y Víctor Machín, ‘Vitolo’.

En cambio, recupera a Lucas Hernández, repuesto de la irritación intestinal que le apartó del duelo del pasado sábado con el Eibar y que amplía a cinco hombres, ya sea con él como lateral izquierdo o como central, las opciones para cuatro puestos en la línea defensiva, con Juanfran Torres y José María Giménez como fijos.

Entre Lucas, Diego Godín y Filipe Luis se completarán las dos posiciones defensivas restantes de la alineación de Simeone, en la que no se prevén apenas cambios respecto al once tipo que con una o dos variaciones por encuentro ha manejado en el primer mes de curso.

La portería será para Jan Oblak, protegido en los entrenamientos más recientes por las molestias en el brazo que arrastra desde la pretemporada; el centro del campo previsiblemente será para Koke Resurrección, Saúl Ñíguez, Rodri Hernández y Thomas Lemar, con las alternativas de Ángel Correa o Thomas Partey, y en ataque son indiscutibles tanto Antoine Griezmann como Diego Costa.

Entre esos nombres se mueve su probable once para Mónaco, donde el cielo está gris en los días previos del retorno del equipo local a la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid, que el conjunto del principado afronta tras una serie de cuatro duelos consecutivos sin conocer la victoria.

Dos derrotas y dos empates, el último el pasado sábado contra el Toulouse, han dejado al equipo de Leonardo Jardim decimoquinto de la liga francesa, pleno de dudas y con una plantilla para la que el técnico portugués pide “tiempo”.

La buena noticia para los monegascos es que su atacante estrella, el colombiano Radamel Falcao, parece restablecido de la gastroenteritis que le privó del último duelo y que podrá aportar su dosis de experiencia en el Luis II frente a los de Simeone; un rival al que conoce bien por su pasado en el club rojiblanco, con el que marcó 70 goles en 91 partidos y ganó tres títulos entre 2011 y 2013.

Todo apunta a que en el estreno europeo, el “Tigre” recuperará el puesto en el ataque que frente al Toulouse aseguró el joven Moussa Sylla, de 18 años, demasiado tierno para una competición de esa envergadura.

Jardim puede ceder a la tentación de renunciar a su tradicional 4-3-3 para solidificar su juego frente al Atlético con un 4-2-3-1 en el que Falcao tenga la responsabilidad ofensiva respaldado por la tripleta Grandsir, Tielemans y Chadli.

Lo que es casi seguro es que el subcampeón del mundo Danijel Subasic seguirá sin ocupar su puesto debajo de los palos, tras una larga convalecencia que sitúa la última aparición del veterano meta croata de 33 años a la final del Mundial ante Francia.

EFE