El atacante tano llegó a la ciudad de Lugano a bordo de su moderno Ferrari. Cuando bajó del vehículo algunos simpatizantes se le acercaron para pedirle un autógrafo, encontrando una actitud negativa de parte del delantero.

La negación de Mario Balotelli le terminó costando caro, ya que luego de estar unas horas en un local se dio con la sorpresa que su automóvil estaba envuelto con papel higiénico.

Según informa la prensa italiana, además del incidente ocurrido, el Ferrari del delantero del Milan también estuvo estacionado en una zona prohibida.

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