El gol de Mohamed Salah apenas iniciado el partido de la final de la Champions League entre Liverpool y Tottenham daba la señal de un encuentro con varios goles. No obstante, no fue sino hasta los 87’ en el que llegó una segunda anotación, gracias a Divock Origi.
El belga, quien ingresó a los 58’ en lugar de Roberto Firmino, aprovechó un pase en el área de Joel Matip y remató de zurda, de manera cruzada. Por más que Hugo Lloris se estiró para atajar, no pudo ni siquiera tocar la pelota, por la potencia del disparo.
Fue el segundo gol de Liverpool, el de la tranquilidad para encarar lo que venía y asegurar la victoria en el Estadio Wanda Metropolitano. A los 2’, una mano de Moussa Sissoko en el área y sancionada como penal, y Mohamed Salah lo cambió por gol para poner el 1-0.
De esta forma, Liverpool alcanzó su sexto título de Copa de Europa, un año después de perder la final a manos de Real Madrid. Los ’Reds’ fueron muy superiores en todo el cotejo ante Tottenham, que no tuvo capacidad de reacción.