Decimosegundo en Premier League, a 14 puntos del Chelsea, y todavía sin asegurar su pase a octavos de final de la Champions League, el Liverpool no ha conseguido volver a plasmar sobre el césped el juego que le llevó a ser subcampeón el curso pasado.

Brendan Rodgers aprovechó los más de 80 millones de euros que dejó el traspaso de Luis Suárez para reforzar su ataque con tres futbolistas de diversos perfiles: Mario Balotelli, Rickie Lambert y Divock Origi, cedido actualmente al Lille.

Se esperaba mucho de Balotelli, quien volvía al fútbol inglés después de su discreto paso por el Milan, un tiempo con bastantes más altos que bajos, una constante en su todavía joven carrera.

Mientras el retorno de Balotelli a las islas era visto con cierto escepticismo por parte de los aficionados del Liverpool, los medios de comunicación se frotaban las manos sabiendo que las publicaciones estaban aseguradas con las pillerías, bromas y desacatos del italiano.

Balotelli llegó al Reino Unido en 2010, procedente del Inter de Milan, previo pago de casi 22 millones de euros, y por petición expresa del entonces técnico del Manchester City, Roberto Mancini.

Visto como uno de los futbolistas más prometedores de su generación, Balotelli, de solo 24 años, disputó 80 encuentros con City, en los que anotó 30 goles, antes de marcharse de vuelta a Italia, al Milan, por 20 millones de euros.

En sus dos años y medio en Manchester, Balotelli tuvo tiempo de incendiar su casa con fuegos artificiales, lanzar dardos a canteranos del club y dejar que la grúa se llevara su coche más de 20 veces.

Era el favorito de los tabloides británicos, pero los hinchas resoplaron cuando dejó el City con destino a la Serie A en enero de 2013.

Ahora, su vuelta a la Premier League ha vuelto a acaparar titulares, pero no desde el punto de vista deportivo.

Tres meses después de su arribo a Liverpool, Balotelli solo ha visto puerta dos veces con su nuevo equipo: una en Copa de la Liga y otra en Champions League.

En la Premier League, después de siete partidos se le sigue resistiendo el gol.

Otro de las contrataciones llamadas a suplir a Suárez es Rickie Lambert, un veterano que ha pasado por todas las divisiones del fútbol inglés, y que ahora, a sus 32 años, llega a su club favorito.

Lambert, quien anotó 117 goles en cuatro temporadas en el Southampton, se enfundó el 9 del Liverpool después de que pagaran 4 millones de euros por sus servicios.

Su primer tanto con su nuevo club tardó en llegar tres meses, en la derrota ante el Crystal Palace (3-1), en Londres, pero ya se ha estrenado en Champions League, cuando marcó el gol del 1-1 en Sofía frente a Ludogorets.

A la falta de gol de Balotelli y Lambert, hay que sumarle la mala fortuna de Fabio Borini, que no ha logrado hacerse un hueco en el once ideal de Rodgers desde su traspaso procedente del Swansea City, en julio de 2012, y las continuas lesiones que azotan a Daniel Sturridge, teórico titular.

Sturridge, el socio de Luis Suárez la pasada temporada, encadena lesión con lesión este año, en el que solo ha podido jugar tres partidos, anotando un gol.

El 18 de noviembre, en la concentración de Inglaterra, Sturridge se volvió a resentir de una lesión en el muslo y no estará disponible hasta el próximo año.

El panorama actual del Liverpool hace que haya varias voces que pidan el regreso de Divock Origi, fichado al Lille por 10 millones de euros, pero cedido hasta final de temporada.

Origi, de 19 años, autor de tres goles en once partidos en la Ligue 1 esta temporada, podría, pese a las reticencias de Rodgers a su regreso, ser la solución a los problemas en ataque del Liverpool esta temporada.

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