Es un duelo revitalizado desde la llegada del argentino Diego Simeone al banquillo del Atlético de Madrid y un partido quizá con excesiva transcendencia para ambos equipos a estas alturas de curso. El Barcelona ha ganado sus dos encuentros de Liga y el perdedor del derbi podría ampliar de forma inquietante su desventaja en la tabla.

Porque ambos ya han fallado una vez en dos jornadas de Liga: el Real Madrid suma tres puntos en dos encuentros, tras la derrota de la última cita en Anoeta ante la Real Sociedad por 4-2 en un partido en el que mandaba por 0-2; el Atlético acumula uno más, cuatro, después de empatar en Vallecas (0-0) y ganar al Eibar (2-1).

Por su parte, el Barcelona llega a uno de los clásicos de la Liga después de haberse quedado solo en el liderato, gracias al triunfo inaugural contra el Elche y la victoria antes del parón de selecciones en el campo del Villarreal.

Las dos largas semanas sin fútbol han tenido en Barcelona una agenda nada común, ya que habituales de las selecciones, como Xavi, Piqué, Iniesta o Messi, se han quedado en la capital catalana por diversos motivos, lo que les ha permitido no perder el ritmo alto e intenso que ha marcado Luis Enrique Martínez en el nuevo Barça.

La titularidad la dará el trabajo en la Ciudad Deportiva y no el nombre en el dorsal.