Muy creyente, el portero cumplió su sueño con un debut tranquilo. Keylor Navas es una persona muy religiosa. El su primer día en el Real Madrid, cuando apareció con Florentino Pérez en el palco de honor, lo confirmó con sus declaraciones. “Yo estoy muy tranquilo, tengo que trabajar, esforzarme, aquí están lo mejores y es un tema que sólo Dios sabrá lo que pasará en el futuro”.

“Siempre he sido una persona de fe y lo que está para uno, está. Si tenía que venir aquí, las cosas se darían. Si tenia que estar en el Levante, estaría. Disfruté de vacaciones y ahora tengo ganas de trabajar”. Dios y la fe, muchas veces presente en sus pensamientos, también estuvieron en su cabeza en uno de los días más importantes de su carrera.

Debutar en el Real Madrid y encima sustituyendo a Iker Casillas, cuestionado en el Santiago Bernabéu por un sector del público, no es algo sencillo. Sin embargo, Keylor llega de un Mundial, donde aguantó mucha presión y cumplió con creces para convertirse en uno de los mejores en Brasil.

Con todo el jaleo alrededor de la portería del Real Madrid, cuando Florentino Pérez pidió unidad entre los socios y respeto a Casillas, Carlo Ancelotti sorprendió con la inclusión en el once titular de Navas. Iker tenía una oportunidad de acabar con todos los silbidos de una vez por todas. El rival, el Elche, era propicio.

Pero Ancelotti cedió el testigo a Keylor. Inédito hasta este encuentro en un partido oficial, por fin pudo cumplir su sueño de debutar en un club grande. El Levante, el último en el que estuvo, no alcanza el rango del Real Madrid. Sin embargo, allí se fogueó con regularidad para conseguir después fama mundial en Brasil.

Su primer día de titular en el Bernabéu fue emocionante pero aburrido. Un portero en el Real Madrid tiene poco trabajo. En el Levante, el asedio a su portería era constante y podía lucirse más.

En el Real Madrid, las ocasiones son contadas y más cuando el rival es asequible como el Elche.

Mientras pensaba en ello, Keylor disfrutó durante el calentamiento y de ovación que le dio su público cuando sonó su nombre por la megafonía del estadio. Los aficionados del Bernabéu le querían antes de verle en directo. Un punto a favor.

Durante el partido, intervino en contadas ocasiones. Un disparo de Edu Albacar en el minuto cinco que detuvo en dos tiempos y un penal que casi para al mismo jugador fueron sus momentos más llamativos. También vio como un par de disparos se marcharon fuera y se tiró a los pies de un rival para recoger una pelota.

No hubo más. Ese fue todo el bagaje de Keylor Navas en su estreno. No pudo hacer nada en el gol, estuvo correcto y apenas tuvo sobresaltos. Pero hubo tres momentos en los que el costarricense sacó a relucir su fe para mostrar su felicidad.

Los cinco goles del Real Madrid, uno de Gareth Bale y cuatro de Cristiano Ronaldo, provocaron el ritual de Navas. Si Casillas toca el larguero cuando su equipo marca, Keylor se acerca a la línea de la portería, la toca con el pie, eleva los dos brazos con los dedos índice de cada mano apuntando al cielo y se santigua.

Es la fe Keylor Navas. La fe que mezclada con su intenso trabajo le llevó hasta el Real Madrid, que un 23 de septiembre de 2014 vio debutar a un portero creyente y agradecido a su fe. Keylor Navas viajó del Levante al Mundial, de Brasil al Real Madrid y del Madrid al cielo.

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