El partido en sus prolegómenos estuvo marcado por aire de fiesta y de reivindicación anti-violencia en el fútbol. El bicampeón azurri al tener cerradas por sanción los dos fondos de su estadio, ante episodios antirracistas de sus ultras, había conseguido que la Federación Italiana le permitiese llenar esas curvas con niños menores de 13 años.

Pero sobre el terreno de juego la fiesta iba camino de quedarse aguada por un mal partido juventino, que notó en exceso la ausencia de lucidez que da a su juego el veterano Andrea Pirlo, quien se retiró lesionado a los catorce minutos de partido.

El Udinese controlaba, maniataba a la Juventus en mitad de campo no cediendo ocasiones de gol, e incluso llegaba con gran peligro a las cercanías de un Buffon que recordó al de sus mejores tiempos.

Y en los instantes finales, le alegró la vida un Fernando Llorente al que antes no le habían llegado balones en buenas condiciones de ser rematados.

Juventus conseguía así tres puntos que le alejan en la primera plaza, con tres puntos de ventaja sobre la Roma, segundo clasificado.

EFE