Gaspar Iñíguez, jugador del Argentinos Juniors, no tuvo otra opción que arrojarse con la cabeza por delante para cortar un ataque peligroso de Boca Juniors.

Resultado: Quedó tendido en el suelo golpeado, fue amonestado con tarjeta amarilla y, para colmo de males, perdió tres dientes.

Al final, al menos, su equipo igualó sin goles contra el conjunto boquense.