El Chelsea no había perdido, jugando en casa, en fase de grupos de la Champions League en una década, desde octubre de 2003, y la derrota el miércoles ante el modesto Basilea por 1-2 disparó las alarmas en un club que comenzó la temporada eufórico por el regreso a Londres de Mourinho, el “Special One”.

El primer revés del curso, sin embargo, llegó pronto, al dejar escapar ante el Bayern Múnich de Pep Guardiola la Supercopa de Europa.

Esa final perdida, tras la que Mourinho invocó una conspiración de la UEFA contra sus equipos, pareció dinamitar la moral de los ingleses, que han caído en sus dos siguientes compromisos, ambos ante el Everton (1-0) y Basilea.

El Chelsea, que ha firmado su peor comienzo en la Premier en diez años, ganó su último partido el pasado 21 de agosto (2-1 ante el Aston Villa) y los analistas han comenzado a manifestar sus dudas sobre la solidez de un vestuario que el portugués ya había gobernado de 2004 a 2007.

“Cuando Mourinho ganaba títulos con el Chelsea, sabía cómo asegurar los resultados, pero parece que ahora el juego ha cambiado”, comentó a la cadena BBC el exfutbolista inglés Chris Waddle.

“No puedo creer que Mata no tenga sitio en este equipo, porque es un hombre que puede abrir puertas”, añadió el antiguo extremo del Tottenham y el Olympique de Marsella, que se sumó a las críticas en la prensa británica.

El diario “The Times” asegura que la caída en casa ante un rival modesto fue una “sorpresa” que deja al conjunto londinense inmerso en una “creciente sensación de crisis”.

Para “The Guardian”, fue “un recordatorio de la vulnerabilidad del equipo” que dejó en evidencia la “fragilidad mental” de la plantilla, mientras “The Telegraph” sostuvo que la derrota de los locales fue “vergonzosa”.

Ante el Basilea, el Chelsea saltó al campo con el brasileño Oscar y el inglés Frank Lampard en la zona de medios, con las espaldas cubiertas por el holandés Marco Van Ginkel, de 20 años, llegado este verano del Vitesse Arnhem.

Mata, titular indiscutible con los “blues” durante las últimas dos temporadas, vio el encuentro desde el banquillo hasta veinte minutos antes del final de un duelo en el que el Chelsea prácticamente no hizo llegar balones a los pies del camerunés Samuel Eto’o.

El atacante, viejo conocido de Mourinho, con quien levantó una Liga de Campeones en el Inter de Milán, en 2010, se ha hecho a sus 32 años con el puesto de delantero centro desde que llegó de Rusia hace menos de un mes, si bien todavía no ha logrado estrenar su cuenta particular.

El brasileño Willian, que ha costado al Chelsea 37,5 millones de euros, se sumó al ataque “blue” ante los suizos, pero tampoco logró crear peligro.

Mourinho ya advirtió en la rueda de prensa de presentación a su llegada Londres, antes del verano, de que el suyo es un proyecto a largo plazo y se mostró convencido de que él no correrá la misma suerte que los ocho técnicos que ha despedido el magnate ruso Roman Abramovich, dueño del Chelsea, en los últimos seis años.

Algunos medios, como el británico “The Guardian”, han subrayado además que los jugadores del Chelsea “son inteligentes y tienen suficientes recursos” para que la situación “cambie rápido”.

EFE